Preludio de "una voz.."
Cayó la brasa del insomnio; a morir,
al piso de tierra,
machacada bruscamente por la punta de la suela.
Sobre la mesa ratona,
un cenicero se llena hasta el borde de transparente ansiedad.
El vidrio pulido mostraba su base
ahora apenas blanquecina;
por la garúa desesperada,
de lo que no termina de entenderse,
y se agita en la boca y entre los dedos.
Cómo terminará uno de despedirse
y desprenderse de si mismo,
si aun cuando;
como en un último suspiro,
el humo igualmente se eleva misterioso,
despues de levantar el pie
sin siquiera mirarlo.
¿Quién? Y ¿Dónde está?
Ésto que toco con las yemas;
y no es lo que siento distinto en el pecho,
¡es solo la pobre carrocería!
Un intento de imán
y muy ordinario.
Y así nunca llegan respuestas
sin buscarlas,
nunca un poco más
que una mirada desenfocada;
con algo de ese propio brillo,
cómo surgirán
entre esta temible maleza,
es algo que nunca se masticará con certeza.
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